LOS TRAIDORES ATACAN DE NUEVO

Los granos de arena del reloj caían uno a uno y el tiempo perecía que no pasaba. La espera era insoportable para muchos nobles del reino del grifo que pedían que se hiciera justicia con el Conde Davidaf y sus hombres.

Durante los tres días de gracia que el el generoso regente ofreció al conde, este y sus hombres se ocultaron en su castillo temerosos y asustados de la plebe que pedían su cabeza. Todo el mundo pensaba que el conde cedería y se presentaría ante el juez para asumir sus responsabilidades, ya que de seguir en su negativa seria condenado igualmente y seria desterrado por quebrantar el juramento sagrado que hizo al reino al convertirse en Conde.

Se rumorea aunque no esta confirmado que el Conde Davidaf y el duque Arleya habían tramado un plan para evitar que el Conde respondiera ante la justicia.

El plan consistía en aguantar en rebeldía hasta la proclamación del Duque Arleya en Rey del dragón para acto seguido ayudar al duque en una guerra contra el reino del Grifo, para ayudar a conquistar el asentamiento del conde y anexionarlo al reino del Dragón en un acto de traición inimaginable.

Pero había un problema, el plan lo había diseñado el Duque Loco y ya sabemos como acaban los planes del Duque Arleya.

Mientras que el regente esperaba pacientemente y confiado a que el conde recapacitara y entrara en razón, este y su socio el Duque Arleya ponían en marcha su malévolo plan. El Duque dio orden de anunciar a bombo y platillo su inminente coronación, lo que hizo antes de ir al notario.

Lo que olvidaba el duque, es que no había cumplido la condición del Sumo Sacerdote para obtener su apoyo y por lo tanto le faltaba un voto para ser investido según marca la ley de sucesiones del reino del Dragón lo que encolerizo mucho al duque ya que frustraba otra vez su plan chapucero.

Mientras tanto su socio en la conspiración recibía las malas noticias que venían del norte y en un acto de impotencia y salvajismo tomaron la mezquina decisión de destruir todo el asentamiento gentilmente prestado por los habitantes del reino del grifo a estos extraños desagradecidos que llegaron a la isla después de un naufragio.

El regente de reino del Grifo al recibir la noticias de los viles actos de estos salvajes, llamo a su ejercito y ordeno la búsqueda y captura de estos despreciables seres. Cuando llegaron a la ciudad el ejercito en un combate singular y dirigidos con maestría por el regente lograron acabar con la rebelión y apresaron a todos los paganos.

Fueron juzgados y condenados a muerte y fueron ejecutados como salvajes y herejes, siendo descuartizados y echados sus restos de comida a los cerdos.

Mucho más tarde la inteligencia del regente descubrió que todo el plan había sido patrocinado y apoyado por algún cacique del reino del dragón. La estrategia de tierra quemada que intentaron utilizar no es habitual en las tribus nórdicas por lo que se sospecha que fueron inducidos por algún aspirante a regente que no fue elegido para el cargo.