EL CONFLICTO DEL ORO

El oro, ese maldito metal que tantos enfrentamientos ha provocado a lo largo de la historia de la humanidad.
Y como no podía ser de otra manera también fue el detonante de un enfrentamiento entre poblados de distintos reinos.

Los regentes debido a las contantes intrusiones en sus cotos de caza y minas de habitantes de otros reinos, impusieron políticas mas severas en relación a traspasos ilegales de las fronteras de sus reinos.

Pero el malestar de las gentes del reino del Grifo contra las continuas ofensas de los pueblos del norte les llevo a desobedecer estas políticas y urdieron un plan diseñado por el Conde Cook para saquear las minas de oro del Reino del Dragón.

Comenzaron con el saqueo del oro que era transportado de inmediato al castillo del Conde donde era almacenado sin que los confiados norteños lo supieran. Pero un día, el Conde Arleya Cousland que iba subiendo escalafones debido a la gran corrupción en el norte, se presentó en el castillo del Conde Cook para tratar unos asuntos y vio sin querer un montón de oro preparado para su fundición.

Este hecho hizo sospechar al conde norteño que enseguida pidió explicaciones a su homologo del Grifo, el cual sin amilanarse le espeto en su cara que ese oro lo había extraído de sus minas y que no pensaban devolverlo.

El Conde Arleya monto en cólera y en un acto de honor que extraño a todos los presentes dada su trayectoria reto a un duelo al Conde Cook. Hombre contra hombre, cara a cara, una solución entre ellos, como se describía en los antiguos libros de historia de los primeros reyes.

Todos los presentes ejercieron de testigos del duelo como manda la tradición y los contrincantes se prepararon para batirse a muerte en un combate de honor. El Conde Cook, debido a una lesión en su mano derecha no podia combatir por lo que designo como su representante a un noble caballero, Teufels Sarangerel.

El combate fue muy duro y agresivo ya que se estaban jugando el honor y claro también el oro.  Se pudieron ver toda clase de golpes maestros que intentaban acabar con la vida de su rival. Y así se mantuvo un tiempo hasta que el caballero Teufels derroto valerosamente al Conde Arleya y le dio la opción de rendirse.

Y fue en ese momento cuando el  conde norteño, olvidándose de su palabra y tirando el poco honor que le quedaba entre la nobleza, ordeno atacar a sus hombres a los presentes para salvar su vida en un acto tan poco honroso como los tenia a todos acostumbrados. Comenzó un enfrentamiento con los hombres del Conde Cook, pero estos pudieron repelerlos y los obligaron a huir al norte, otra vez, mientras su deshonrosa hazaña corría por todos los reinos.