Delioma Drakul

Había una vez una ciudad muy prospera, y dentro de ella un prospero y joven caballero.

Era guapo y fuerte a la vez, el hombre perfecto. Y las damas de la ciudad se peleaban por el. En esta hermosa ciudad también vivía una chica normal.  Ella también fue una de esas mujeres que albergaban sentimientos por el joven caballero. Pero sabía que él estaba mucho fuera su alcance, así escondió sus sentimientos de en lo más profundo de su corazón.

Un día el joven caballero marchó a la batalla, y volvió con graves heridas. Durante días vio un desfile sin fin de todas y cada una de las mujeres de la ciudad, cada cual más deseosa que la anterior de atender sus necesidades y heridas. Pero su objetivo era menos reparar el cuerpo del joven caballero y más conquistar su corazón.  

Discutían, empujaban, desesperadas por abrirse paso por delante en la fila para verlo. La chica normal fue golpeada por la ansiedad.  Pobre, y carente de medios para conseguir acercarse a su joven caballero. Tal vez pudiera regalarle algunas flores, pensó, así se fue lejos para recoger algunas.  Se arrastró  para encontrar las flores más hermosas, sus prendas aglutinadas en barro durante el proceso. Con ramo en mano, se dirigió a la casa del joven caballero. Pero quedo petrificada al llegar a la morada del hombre, una multitud de mujeres rodeaba su casa, dentro, docenas de ellas, llenas de gran entusiasmo trataban de cuidarlo para mejorar su salud. Cada una más bonita que la flor más fina que había encontrado. La joven aplastó las flores que tanto trabajo le había costado reunir. La ira y la exasperación la llevaron en oleadas, en su sencillez, en su indecisión, en su cobardía. Comenzó a maldecir todo lo relacionado consigo.

Entonces, de repente, se enfrentó a una segunda vista fascinante.  Una voz,  en el aire, delante de ella, le habló. "Si quieres curar su carne débil y ganarte su corazón, ofrece algo de igual valor para mí".  La joven cerro los ojos - ¿Quién puede decir qué pensamientos le condujeron en ese momento?- Cuando abrió ojos, tenia las manos ensangrentadas, sus venas abiertas derramaban oro escarlata y las derramó sobre su amado. Su sangre concedida vida  a todo lo que tocaba. Así fue como, sin embargo, en su frenesí de salvar a su amado, no se había dado cuenta de la magnitud de la tortura a la que se había sometido y... arruinado:  su cabeza colgaba precariamente de su cuerpo por un trozo de carne, listo para caerse.

El primer saludo que el joven caballero le ofreció a la mujer tras recuperar el sentido fue un grito de terror despreciable. La conmoción por ser testigo de su rostro mutilado y su cuerpo ensangrentado fue mayor de lo que su corazón podía soportar.  Su golpeo se detuvo, y el joven dejó este mundo para siempre. La mujer no había podido ganar su corazón. No había podido ni siquiera  compartir una conversación fugaz.

Lloró y lloró, perdiendo lo cordura le quedaba en medio de sus lamentos. Esta angustia fue la última gota de su cuerpo roto, agarro la espada de su joven caballero y trasmitió su dolor al resto de mujeres de la casa
-"Vosotras que tanto amasteis al caballero, habréis de detener vuestro corazón junto al de él"- Así la bonita ciudad fue conocida como la ciudad roja y ese día como el de la noche escarlata, donde incluso la luna tiño de rojo.

Aun a día de hoy sigue por vagando la tierra con lágrimas rojas en sus ojos, buscando un joven caballero que llene su mutilado corazón.

Delioma Drakul
Raza: Slavard
Edad: 23
De temperamento impredecible, delirios sociopatas y bipolaridad multiple, con poco respeto por la autoridad, autosuficiente y mortalmente atractiva, esta Slavard lamida por el diablo, cuya cabellera roja es lo ultimo que muchos hombres y mujeres han visto en su última noche de pasión, es el tormento personificado de un alma y un corazón destrozados por amor