TORNEO SANGRIENTO

Cómo todos los años el torneo de Otoño se celebra para honrar a Ewaya y para celebrar la llegada del Otoño. Este torneo organizado en cuadras en sus inicios por los campesinos de la zona, poco a poco fue ganando popularidad en todos los reinos hasta que uno de los últimos descendientes de los grandes reyes que unificaron la isla lo proclamaron como torneo oficial del reino, pasándose a celebrar en la zona oficial de Torneos que tiene la isla en el año 970 de nuestra era.

La mañana era soleada y hacia un tiempo fantástico lo que no hacia presagiar los negros nubarrones que se avecinaban.
El torneo comenzó y los primeros combatientes saltaron a la arena. todo transcurría con normalidad y la plebe animaba a los luchadores.

El torneo fue ganado con todo merecimiento por el Conde Rengar Eargon que gano a todos sus contrincantes como solo un maestro sabe hacer. Los ganadores del torneo; Rengar Eargon, Teufels Sarangerel y Makario Longsword bajaron a la arena para recibir los premios del torneo así como los aplausos enfervorecidos del publico asistente.

Lo ocurrido después todavía se recuerda y he quedado en la mente colectiva de la isla como el hecho mas ruin y despreciable que se había visto jamas. Y encima perpetrado por una persona muy conocida.

Los hechos narrados a continuación pueden herir la sensibilidad de lector:

De una forma lamentable, indigna, traicionera, mezquina, barrio bajera y demostrando  ser una persona sin moral, ni respeto por nada, el Duque Arleya Cousland a la luz de todos los presentes, incluido su santidad, bajo a la arena y mato a uno de los ganadores por pura envidia sin mediar palabra y después utilizando algún arte obscura se desvaneció en el aire para no afrontar sus responsabilidades como un hombre ante la estupefacción de los allí reunidos.

Para mas inri, los hombres del Conde Davidaf abrieron fuego otra vez contra los hombres del Conde Cook delante de todos los testigos del torneo. Acto seguido empezaron a llegar multitud de denuncias al castillo del regente por lo allí sucedido.

Los hechos eran flagrantes y el regente debía actuar ante tanta denuncia y tanta locura desatada por unos locos y paranoicos con ansias de poder.